El mejor beso

Tu mirada azul

atrajo la mía verde
con la fuerza del destino
empujándonos
uno contra otro
y de forma inesperada
nuestros labios se fundieron
en beso dulce al principio
ardiente a continuación,
deliciosamente eterno
sin voluntad consciente
de despegarse uno de otro.
Aunque era el primero
en reconocimiento mutuo
parecían conocerse de siempre,
alternando ternura y pasión,
mientras nuestras manos
reconocían nuestros cuerpos.
Nunca habíamos conocido beso
tan profundo, tan jugoso
nunca habíamos sentido
algo parecido los dos
un terremoto, un volcán,
corrientes eléctricas
atravesando nuestros cuerpos
bailando la danza del amor
en un atardecer glorioso
en una noche hermosa
en un amanecer luminoso
en los que desgranamos
nuestro amor más íntimo
con dulzura y ardor,
sellando un pacto
de amor eterno.

13 de noviembre de 2018