Manantial

Renazco cada día
en tus brazos.

Siento la tibieza
de tu piel
al despertar contigo,
y me envuelve,
me ensueña,
y me resisto
a abrir los ojos
para no dehacer
el embrujo.

Tus palabras
son bálsamo
para mis oídos,
calman tormentas,
ahuyentan el miedo
y me hacen bello.

Eres manantial
cristalino,
que se desborda
en alborotada cascada
y que se aquieta
en remansos tranquilos.

Acallas el viento
transformándolo
en suave brisa
que acaricia mi piel
abrasada por la pasión
que me provoca
tu presencia.

Eres flor que se abre
tímida con el sol
del amanecer
de nuestra nueva vida
que hemos de recorrer
mano con mano
hasta el atardecer
de nuestros días...

Getafe, 11 de agosto de 2018