domingo, 28 de octubre de 2018

Mi Venus calipigia


Bella, mi amor, eres bella
Coronada tu egregia testa   
de trigo candeal trenzado,
son pétalos de rosa
tus mejillas sedosas
con dos luceros del alba
de cielo azul de amanecer
como faros en la costa
para auxilio de náufragos.
Labios de fresa jugosa
que besar quisiera
todos los días de nuestra vida.
Cuello de cisne blanco
suave como su plumón 
con firmeza marmórea 
de cariátide griega,
con una cavidad en su base
donde hollar mis labios 
en beso eterno.
Hombros de redondez perfecta
donde reposar mi cabeza
mientras te recito
mis versos de amor.
Pechos de gacela,
que diría Salomón,
coronados por botones
de dulce miel temprana.
Vientre de curva suave
que culmina en colina
venusina de volcánica
vocación amatoria,
coronada por un sexo
de jazmines frescos 
que tiemblan con la brisa
de una caricia de amor.
Piernas de venus calipigia,
Afrodita de bellas nalgas,
con bellos y finos pies
ágiles para recorrer
toda una vida juntos.
Te digo, amor, que eres bella
como un amanecer primaveral,
o un atardecer otoñal,
y no me olvido de tus manos
de finos dedos de suave caricia
que aletean junto a los míos
como mariposas danzando
de flor en flor.
Así eres, mi bella dama
y que nadie, ni tu misma
diga nada en contrario
que solo será un bellaco.

28 de octubre de 2018



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