martes, 18 de septiembre de 2018

Nuestro viaje a Itaca


Empezó en el Mediterráneo,
de camino al país
de los ítalos.
Una conversación
una anécdota
nos conectó,
Penélope y Odiseo,
un canto de sirena,
su voz cautivadora
me unió a su singladura,
con escalas en Magerit,
o en la romana Pompelo, 
una pasión digna
de las mil y una noches,
tejiendo y destejiendo
el manto del amor,
transformada en Calíope
para ser mi musa,
inspiradora de nuestros poemas
más épicos y elocuentes.
Henchidas nuestras velas
navegamos con el rumbo
que nos marca
la rosa de los vientos
alimentada por el amor
que nos une
hacia un destino común,
nuestra Itaca,
un hogar construido
con muros de felicidad,
amueblado de amor,
con ventanas hacia el mundo,
para albergar
a Penélope y Odiseo
en su viaje iniciático,
la vida misma...

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